top of page

Memoria de pez

  • myownstylenow
  • 2 abr 2016
  • 2 Min. de lectura



De alguna u otra manera siempre tengo algo que contar. Siempre. El problema es que yo y mi memoria de pez tenemos grandes problemas en nuestra relación.


El otro día leí que es un mito que los peces tienen memoria de 3 segundos, pero a mi me da lo mismo; uno, porque soy chora y yo digo que siempre tendré memoria de pez; dos, porque no sé si existirá algo que tenga peor memoria que yo y tres, porque me identifico totalmente con Doris de "Buscando a Nemo".


Hoy salí decidida a hacer unos trámites que tienen que ver con mi nueva tienda online. Me levanté temprano, me arreglé, vi que estaba medio nublado, agarré una cosa pa abrigarme el cuello y salí. Tenía que hacer dos cosas importantes hoy: ir a hacer una entrega y comprar más mercadería y para hacer lo último, tenía que llegar hasta Parque O'Higgins y de ahí caminar un poco para llegar a mi destino final. Todo perfecto. Decidí salir sin mi agenda que es mi fiel recordatorio de adonde tengo que ir, que micro tengo que tomar, con quién tengo que hablar etc.


Hice la entrega en la estación que había acordado con mi clienta y después partí hasta Parque O'Higgins. Antes de llegar a la estación me cayó la maleta de una oficial del ejercito en la pata, pero no me dolió, la pobre se disculpó conmigo y yo con mi mejor cara le dije que no me había pasado nada... Menos mal que no salí con zapatillas porque sino... obligada a usar una bota de yeso como por un mes... que atroh.


Bacán mi día, todo iba saliendo tiqui taca y ni siquiera llevaba mi libretita. Hasta que salí de la estación y me dio un bloqueo total porque había una señora que estaba vendiendo la perras sopaipas y pucha... no había tomado desayuno... Pero no, mi "dieta" es más fuerte que yo y seguí adelante. Crucé la calle raudamente, a paso decidido y sin dudar un segundo y... ¡Cha chan! De pronto se me olvida por qué iba caminando por ahí... traté de acordarme mientras una canción de Troye Sivan iba sonando en mis audífonos y nada... ¡Nada! Llegué caminando hasta una farmacia y entonces algo hizo clic en mi y... ¡Me acordé! ¡Me acordé, conchalevale chico, he recuperao la memoria!


Llegué a mi destino final y le pedí a la mujer que atendía el pedido que había hecho hace unos días atrás, revisó los productos, me pide la plata y cuando está envolviendo todo, me echa algo demás a la bolsa y me dice casi en un susurro "es un regalo"... Se me pararon todos los pelos del susto. Les juro por mi vida que me asusté. Salí de la tienda sin mirar atrás y agradecí que mi memoria sea tan selectiva pa algunas weas. Ese mal episodio de mi vida se me va a olvidar entre hoy y mañana.


 
 
 

Comentarios


Featured Posts
Recent Posts

por Peli 

bottom of page