Fracasada.
- Conito
- 9 ene 2017
- 3 Min. de lectura

El fracaso nunca había dolido tanto.
Resultó que ese ramo maldito que fue una piedra en mi zapato desde el 2015, seguirá siéndolo durante este 2017. Me eché bioquímica... Lo reprobé por segunda vez.
El proceso de aceptarme nuevamente derrotada me costó muchas lágrimas, dolor de cabeza y pensamientos derrotistas que me había esmerado tanto en no traer a mi cabeza, pero esto fue como un balde de agua fría y creo que lo mejor que podría hacer como mi propia terapia, es escribirlo. Contárselo a alguien que no sea mi círculo más cercano de personas y quiénes mejor que ustedes.
Para muchos, este tipo de cosas, representa algo pasajero, sin mucha importancia, pero para mi, que estoy viviendo esta etapa, esto ha sido una de las cosas más dolorosas que he pasado.
Me imagino que alguno/a de ustedes debió sentirse, más de alguna vez, frustrado/a porque le pusieron mucho esfuerzo a algo que no terminó bien: como si todo por lo que trabajaste, todo lo que sacrificaste, al final del camino, no sirvió de nada y nadie te juzga por todo lo bueno que hiciste, sino que recuerdan solo el hecho de que la jodiste al final.
Este fracaso me dolió tanto, pero tanto que aun me cuesta un poco asimilar toda la cadena de hechos que pasaron desde que di el examen final hasta este momento. En serio, el fracaso nunca había dolido tanto.
Creo que lo que más me duele es la compasión con la que me miran algunos miembros de mi familia, como si temieran que decir o hacer cualquier cosa pudiera causar mi llanto... pero lo cierto es que soy bastante fuerte y decidí que no iba a seguir llorando sobre la leche derramada. Lo hecho está hecho y lo que pasó, pasó (entre tu y yo (8)... okno, me desvié). Voy a tratar de empujarme y darme impulso solita para volver a salir a flote.
El tema es que me costó un poquito
el aceptar y darme cuenta de que ya de nada servía seguir sufriendo.
Tuve la típica conversación que uno tiene con sus papás cuando este tipo de cosas pasan y sufrí porque creí que no se ponían en mi lugar, porque fueron demasiado duros en ese momento cuando la herida estaba abierta, sangrante y dolía. Cuando creía que se me había acabado el futuro y no sabía qué hacer. Lloré tanto que se me pusieron los ojos como papas y tuve un dolor de cabeza monumental, esa noche tuve puras pesadillas y desperté llorando.
Aun así, mientras iba pasando por la etapa de duelo, mi parte "pensante" se dio cuenta de que había que superarlo, seguir avanzando y volver a hacer el ramo. Hacer real la frase que le había dicho a un amigo vía Whatsapp: "no me voy a rendir tan fácil", cuando la adrenalina del momento recorría mis venas.
Y sí. Durante estos días varias personas se han encargado de decirme "tranquila, que no se ha muerto nadie", "este año sí que sí", "las cosas pasan por algo" y la que mas me gustó "la tercera es la vencida". Así que sí, la tercera es la vencida y no me voy a rendir tan fácilmente, porque soy cargante, terca y chica... esto último no tiene nada que ver, pero había que agregar algo incoherente para que el post no quedara tan depresivo.
Cabros: nunca se rindan. Dejen que la herida duela, cicatrice y sane. Les va a servir para crecer y aprender, porque la vida es un libro en blanco y cada día es una página que ustedes mismos se encargan de escribir.
Los hamoneo. <3
Comments